San Simón se apoderó anoche del triunfo en el clásico cochabambino (86-73) tras exponer su superioridad ante La Salle, club que dejó en evidencia la falta de ritmo que acumuló en los últimos meses luego del receso que hubo en la Liga Boliviana de Basquetbol (Libobasquet).
El elemento universitario, dirigido por Sandro Patiño, fue inteligente. Supo dosificar su cuota de juego y minimizó las faltas que concretó durante la etapa inicial, cuando su desempeño era irregular e impreciso.
“Prometemos demostrar de qué estamos hechos en el siguiente partido”, aseguró Axel Veizaga (una de las fichas importantes de la fórmula ganadora) con evidente convicción de que su quinteto puede dar mucho más en la cancha.
El quillacolleño Diego el Choco Olguín fue esencial en la victoria. Transmitió seguridad con su aporte y encontró el ritmo indicado para entenderse con los refuerzos universitarios.
En el primer cuarto, ambos planteles expusieron su falta de juego. Los dirigidos por Patiño cayeron en errores que le costaron el triunfo en el parcial. Los lasallistas se adueñaron de la etapa (18-12). En el siguiente chico, las acciones se emparejaron. Fue el momento del Choco. El jugador apareció en escena y contagió a sus compañeros, que a partir de allí cambiaron la propuesta y se embolsillaron el resto del partido (34-32).
Desde la tercera cancha, La Salle anuló sus chances de pelea. Los universitarios, en cambio, pronunciaron su crecimiento y acudieron al potencial de sus estrellas extranjeras, que respondieron a cabalidad a las expectativas creadas en torno a sus figuras. El parcial concluyó 64-56.
Todo estaba dicho. Los actuales campeones de la Libobasquet empezaron el torneo con buen pie.
El final del encuentro (86-73) reflejó la intención del cuadro valluno, que está decidido a repetir la hazaña que firmó en 2015.
Refuerzos
Los jugadores extranjeros de San Simón llenaron las expectativas de la hinchada universitaria y se proyectan como favoritos.
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