lunes, 22 de agosto de 2016

San Simón y su generación de oro




Tras haberse consagrado bicampeón de la Liga Boliviana de Básquetbol (Libobásquet), San Simón ha demostrado que cuenta con una verdadera generación de oro, donde los nacionales se convirtieron en la base del equipo que ostenta el segundo título nacional consecutivo.

Aunque no logró mantener el invicto que había logrado en la pasada temporada (17-0), el cuadro cochabambino logró ceñirse la corona de campeón, luego de conseguir una sufrida victoria (89-90) frente al equipo potosino de Pichincha, en partido jugado el pasado martes en el coliseo Ciudad de Potosí, en la Villa Imperial.

El objetivo se cumplió con la obtención del bicampeonato, con lo que además consiguió mantener la hegemonía en el baloncesto nacional.

En busca de una nueva hazaña

Después de aquella noche de la consagración como campeón invicto, el pasado año en el coliseo Gróver Suárez, el club San Simón buscaba repetir la proeza.

Sin embargo, no fue fácil mantener el invicto conseguido en la pasada temporada, aun así se alzó nuevamente con el título, con 17 victorias conseguidas en un total de 20 fechas disputadas. San Simón inició su camino al título debutando en el clásico cochabambino frente a La Salle Olympic, empezó con una victoria por 86-73.

Para los fanáticos era el primer paso para repetir la gesta del invicto, empero finalizada la tercera fecha el elenco universitario sumaba su primera derrota en condición de visitante, precisamente frente al rival que tuvo en la final, Pichincha.

Habiendo perdido la posibilidad de repetir el título como campeón invicto, San Simón salió a buscar resultados a su favor. En 20 partidos jugados, los universitarios sólo perdieron tres encuentros, dejando también una estadística que les resultó favorecedora para ser superiores al resto de los equipos.

En la primera fase del torneo nacional, el club universitario logró ser el primero de su serie, se mostraba como uno de los favoritos al título.

Al igual que la pasada temporada, San Simón logró varias victorias en condición de visitante, aunque sin sacar grandes diferencias, muestra clara de ello es la victoria con la que consiguieron el título.

Figuras

Cuando se habla de un campeón, se piensa en las figuras protagónicas que permitieron llegar al objetivo.

En la temporada, muchos fueron los artífices; sin embargo, la fortaleza del club radica en la presencia de sus jóvenes jugadores nacionales, según destaca el técnico del plantel, Sandro Patiño, quien considera que “el gran mérito de San Simón es que nunca les perdimos la fe en esta liga a los jovencitos y que con el tiempo han ido evolucionando, creciendo y madurando”.

Patiño, entrenador de todas las divisiones del club universitario, también sumó un nuevo título a su carrera como estratega, donde en muchos de los partidos, incluso en los más decisivos, optó por presentar a un quinteto conformado sólo por nacionales, dejando que estos puedan mostrarse y adquirir experiencia.

“En general, el juego de conjunto se impone, se impone la actitud y el corazón de estos chicos, creo que todos en conjunto hacen que se haya conseguido que tengamos un San Simón bicampeón”, destacó.



UN LARGO PROCESO

A decir del técnico Sandro Patiño, los resultados que se van obteniendo son fruto del largo proceso que el club viene desarrollando. En el caso específico de los jugadores más jóvenes, como Diego Olguín, Axel Veizaga, Pedro Gutiérrez, entre otros, el proceso de formación se remonta desde hace más de seis años.

“Con este grupo estamos desde 2010, los tengo desde chiquitos a Olguín, Veizaga, Gutiérrez, Zurita, que producto de su edad no hacían pie en la cancha, pero era cuestión de tiempo para que pudieran madurar y ser jugadores de jerarquía”, destacó.

La presencia de estos jugadores fue determinante en momentos decisivos en los partidos, sólo como ejemplo Axel Veizaga, quien fue uno de los artífices de los últimos puntos marcados en la ciudad de Potosí, con lo que San Simón escribía su nombre como bicampeón.

En este mismo sentido, los universitarios optaron por mantener a uno de sus refuerzos extranjeros de la pasada temporada, pero supieron administrar la habilitación de los mismos. Para el inicio de la temporada llegaron el brasileño Ricardo Santos Gaspar y el norteamericano Mike Liabo, este último provenía de las filas del club Amistad de Sucre.

En las primeras fases, ambos foráneos no desentonaron en el equipo de Sandro Patiño. Para la segunda fase, Play Off, retornaba al plantel el norteamericano Jonathan Cathey Macklin, quien había sido parte del equipo que se consagró campeón invicto en 2015.



PROMETEN MEJORES CONDICIONES

Tras el regreso de los campeones a Cochabamba, la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) como institución anunció que se buscará apoyar de mejor manera al plantel, tomando en cuenta que ahora los trámites los maneja una de las unidades de bienestar estudiantil.

“El señor Vicerrector había comprometido crear un directorio para la Libobásquet. Será responsabilidad de las autoridades, esto le viene bien al club porque se trataría de un mejor trato en lo que viene a ser el trabajo con los jugadores”, dijo el entrenador Sandro Patiño.

Además de existir la predisposición de crear un directorio que maneje exclusivamente el tema, también surgió la posibilidad de conseguir un sustento económico para el club, tomando en cuenta aportes que se obtengan desde los docentes y los estudiantes universitarios.

En este sentido, el técnico Sandro Patiño considera que mantener la base del equipo campeón sería “lo ideal”.

“Lo bueno sería no mover el plantel o por ahí cambiar a Gaspar por la lesión de hernia de disco que tiene, por el tiempo de tratamiento que requiere; y tratar de mantenernos con Mike Liabo y Jhon Macklin, intentar retenerlos. Liabo se ha comprometido con San Simón, hay que renovarle el contrato. Lo incierto es el retorno de Macklin”, puntualizó.

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