El campeón nacional sopesó por varios inconvenientes sobre todo en la concentración que en la recta final lo puso contra las cuerdas.
En un cotejo no apto para cardíacos, el cuadro potosino supo reponerse a tiempo y aseguró su tercera victoria frente a los cochabambinos.
Calero arrancó el cotejo con toda su fuerza ya que el objetivo era liquidar el pleito lo más antes posible. La entrega mostrada permitió al quinteto potosino adueñarse del primer cuarto por 29 a 23.
El campeón nacional mantuvo su ritmo de juego en el segundo cuarto el cual lo volvió a ganar por 26 a 15 dejando el global 55 a 38.
Los 17 puntos de diferencia que sacó a los locales les hacia soñar con que lograrían cerrar el cotejo sin ningún inconveniente, pero esto no fue así porque el cuadro de Rubair reaccionó en los dos últimos cuartos y puso en zozobra a su rival que tuvo que extremar recursos para mantener el triunfo que conseguía en calidad de visitante.
En el tercer cuarto se registraron algunos hechos aislados al juego que terminaron con la expulsión de Axel Veizaga, lo cual afectó a los dirigidos por Giovanny Vargas.
Rubair se fue al frente en el tercer cuarto y logró ganarlo por 31 a 29, pero en el global Calero seguía arriba por 84 a 69.
El último cuarto el compromiso ganó en emociones, Rubair empezó a acortar la diferencia en contra.
Los minutos pasaban y la diferencia que tenía Calero era cada vez más corta, lo que puso en suspenso el tramo final del encuentro.
Las alarmas se encendieron en Calero que veía peligrar su pase a la final de la Libobásquet.
Al final, el quinteto potosino se repuso y sacó una victoria por 106 a 98, asegurando así su boleto para la final.
Calero es el primer equipo clasificado y ahora espera al ganador de la llave que conforman La Salle, de Tarija, y CAN, de Oruro.
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