Tal como se esperó el coliseo “Ciudad de Potosí” se vio nuevamente colmado en toda su capacidad por la gran asistencia de público que alentó y sufrió hasta el pitazo final.
Tanto el campeón como el subcampeón demostraron que en esta nueva temporada volverán a ser protagonistas de la Libobásquet.
Desde el primer minuto, el cotejo fue de ida y vuelta, lo que hizo palpitar de emociones a los seguidores de cada plantel. El primer cuarto favoreció a Calero, 23 a 21.
En el segundo cuarto, ambos quintetos siguieron con la misma intensidad, pero fue Calero el que administró mejor el balón y fue más letal en ofensiva. Este chico quedó 22 a 18 dejando el global 45 a 39 a favor del campeón nacional.
El trámite del partido fue creciendo y la fiesta que desataron las barras de los planteles potosinos en las graderías mostraron la fiesta deportiva que se volvió a vivir después de nueve meses y seis días en la Villa Imperial.
Pichincha no se daba por vencido y salió al tercer cuarto con la mira puesta en revertir el resultado adverso que tenía, pero en frente se chocó con la estrategia que dispuso el DT Giovanny Vargas, que supo controlar las arremetidas de su rival.
Pese al esfuerzo que pusieron los jugadores de la vieja casona no lograron dar la vuelta el resultado y terminó perdiendo el tercer cuarto por 20 a 23, dejando el global 68 a 59 a favor de su archirrival.
Los nueve puntos que tenía Calero fueron aprovechados en los primeros minutos hasta estirar la diferencia a 18 puntos. Esta diferencia relajó a los calereños, quienes empezaron a cometer errores en salida, lo cual fue aprovechado por Pichincha para achicar la distancia.
Como reeditando la final jugada el 15 de septiembre del año pasado, los calereños lograron consolidar su primera victoria de esta gestión en los últimos segundos de juego y dejó el marcador global 98 a 94, desatando la alegría en su hinchada que festejó con cantos y música.
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