Este viernes, los archirrivales jugarán el séptimo clásico dentro de la Libobásquet al cual llegan emparejados tras haber ganado cada uno a tres partidos. Pero el encuentro de este viernes no es uno más para ninguno de los dos, porque además de la rivalidad está el conseguir el primer título de este certamen.
La historia de los clásicos entre Calero y Pichincha comenzó el 30 de septiembre de 2015. El cotejo correspondió a la quinta fecha del segundo torneo de aquel año y la victoria fue para el elenco de la vieja casona que se impuso a los calereños por 91 a 86.
La revancha se jugó el 6 de noviembre y el cuadro de Calero se sacó la espina de la primera derrota y venció a Pichincha por 95 a 90, esa caída dejó con el ojo en tinta a los de la vieja casona porque quedaron fuera de la ronda eliminatoria a la cual accedió de manera histórica y por vez primera el cuadro calereño.
En 2016, los clásicos se tiñeron de rojo porque Pichincha venció en los dos encuentros. El primer cotejo quedó 92 a 79 y el segundo 89 a 85.
Este año las cosas dieron un giro para Calero que ganó los dos últimos clásicos. El 9 de mayo se impuso por 69 a 62 y en el último partido jugado, el 16 de junio, venció a Pichincha por 86 a 83.
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