lunes, 26 de marzo de 2018

Liz, de apoyar el basquet “por amor” a quedar con deudas y desilusión

Del escenario tan prometedor que existía en febrero pasado, cuando todo era optimismo y fe en el esperado ascenso del Club Henry, queda ahora muy poco. Liz Henry Alvarado, la mujer quillacolleña que saca adelante un local de chorizos y api junto a su mamá; y que decidió hacerse cargo de la presidencia del equipo redirigiendo sus ingresos económicos en el elenco, está muy endeudada.

Se encuentra “desmotivada” y con la necesidad de recuperar los más de 10 mil dólares que dijo haber erogado en el proceso, mismo que (considera) se ha dilatado, por lo que se volvió “insostenible” para sus bolsillos.

Experimenta “desilusión”, pues cree que tanto ella como sus jugadores se vieron perjudicados por el ente federativo, que demoró el desarrollo del cuadrangular indirecto.

El sábado, el Consejo Superior determinó que dicho torneo se disputará unas dos semanas antes del campeonato masculino de la Liga Boliviana de Basquetbol (Libobasquet), que arrancará los primeros días de junio.

La quillacolleña acusa que, según la convocatoria, tenía entendido que el indirecto se efectuaría este mes. Con las condiciones dadas, Liz ya no pudo seguir pagándoles a sus refuerzos estadounidenses Octreyvius Roebuck, Diondre Pratt y Tyrone Wooten, quienes se marcharon en los pasados días.

“Tengo toditas las facturas (de los egresos), hasta de lo que les mandé a mis jugadores en avión. Gasté más de 10 mil dólares, waway”.

“Nos hemos apersonado porque salió la convocatoria. He quedado endeudadísima. No se hace eso... He quedado vacía”, contó la comerciante.

Hace poco más de un mes, en Henry las sensaciones rondaban el optimismo, las sonrisas eran compartidas y la posibilidad de pensar en una hipotética crisis que llegara para poner en riesgo las ilusiones ocupaba el último de los escalones.

El 17 de ese mes habían arribado Roebuck, Pratt y Wooten con todas las energías puestas en contribuir en el plantel quillacolleño, que ansiaba el ascenso a la Libo.

No demoraron en adaptarse. Gozaban de todas las comodidades posibles como para que se enfocasen únicamente en la tarea para la que fueron contratados. Apenas llegaron a Quillacollo estrenaron un departamento que la dirigencia mandó a construir pensando en ellos.

También contaban con una alimentación especializada, conforme a sus necesidades. Ello implicaba una inversión extra.

Los estadounidenses se marcharon del país con “disconformidad” porque no pudieron cumplir con el plan que les encomendaron. “Se han ido disconformes porque no cumplieron su misión. Dijeron que sus contratos fueron una burla porque no jugaron lo suficiente”.

Liz tiene pensado movilizarse portando pancartas como forma de reclamo. “Tendré que ir a plantonearme al frente de la Federación. Cuatro años nos ha costado llegar a esta instancia para que nos hagan esto”, lamenta, pues considera que el cuadrangular indirecto con Peñarol y And 1 debía concluir en marzo y no a mediados de este año.

Lo cierto es que el titular de la Federación, Marco Arce, aclaró el sábado que aunque Henry hubiera resultado vencedor de la liguilla final, tendría que esperar hasta junio, mes en el que iniciará la Libo. Ello implicaría que el club contrate a tres refuerzos.

Arce también pidió que tengan “paciencia”, pues aún resta evaluar alternativas.

También Rubair, el plantel de Quillacollo que resultó campeón de la Liga Superior, dejó ir a sus refuerzos.

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