Calero supo sacar a flote el tercer duelo de la final de la Liga Boliviana del Básquetbol y se impuso a su tradicional rival Pichincha por 90 a 80 en un cotejo para el infarto.
Con emociones por doquier, anoche los quintetos de Pichincha y Calero tuvieron una pelea sin cuartel y que terminó con el triunfo del cuadro dirigido por Giovanny Vargas que toma la delantera en la búsqueda del título nacional.
La fiesta deportiva que se vivió en el coliseo “Ciudad de Potosí” se empañó por la mala actuación de la terna arbitral y sus planilleros, quienes tomaron protagonismo en la recta final del cotejo por el mal manejo del tablero ocasionando la molestia de ambos quintetos que se vieron afectados por esa mala conducción de los principales jueces del cotejo y sus ayudantes.
El inicio del cotejo fue a toda máquina. Ninguno de los dos regaló un centímetro a su rival y ello llevó a que el marcador sea muy estrecho al final del tiempo. Ese cuarto fue favorable a Calero que se impuso por 22 a 21.
En el segundo cuarto, Calero fue mucho más letal en la ofensiva y ello le permitió imponerse a su rival por 23 a 15 dejando el global 45 a 36.
Cuando todos pensaban que Calero manejaría el cotejo en el tercer cuarto para ampliar su diferencia, Pichincha reaccionó y dio la estocada dando la vuelta el resultado.
Ese cuarto quedó 21-16 a favor de la vieja casona dejando el global 62 a 61. Ese punto de diferencia no era prenda de garantía para ninguno de los dos y eso ocasionó que en el último cuarto ambos quintetos pongan toda la carne en el asador.
En el último cuarto Calero supo jugar con el nerviosismo de su rivales y ejerció una presión mucha más asfixiante lo que obligó a que los locales comentan faltas y pierdan algunos jugadores claves, aunque lo mismo le pasó a Calero que terminó perdiendo a Ronald Arze y al norteamericano Adegoke.
Al final, Calero venció por 90 a 80 y dejó abierta la posibilidad que esta noche pueda dar la vuelta olímpica y levantar la copa con una nueva victoria, mientras que Pichincha tiene la obligación de ganar para forzar a un quinto encuentro.
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