lunes, 25 de enero de 2016

La creación de la Libobasquet femenina marca un hito en el país. Salarios e igualdad son la premisa.

El 11 de marzo próximo, alrededor de 50 mujeres bolivianas serán las primeras caras visibles de un fenómeno de género que llega al país de forma tardía, pero que intenta insertarse en un mundo bombardeado por el pensamiento exitista masculino en el ámbito que rodea al deporte.

La creación de la Liga Boliviana de Basquetbol para damas (Libobasquet) se constituye en un hito para el país y es el primer paso hacia el proceso de reconocimiento profesional de la mujer deportista, que a diferencia de lo que sucede en Europa o Estados Unidos, siempre se vio privada de salarios que remuneren su práctica.

En 1988, España fue uno de los países que actuó en la materia y creó la Primera División Femenina de Fútbol (antes denominada Superliga), lo que supuso una serie de beneficios que las jugadoras nunca antes percibieron, como, por ejemplo, el simple hecho de obtener sueldos. No obstante, hasta la fecha las desventajas siguen siendo amplias con relación al género masculino.

El artículo “Campeonas en desigualdad económica”, escrito por Diana Gutiérrez, en 2014, retrata lo que las deportistas deben sortear a menudo cuando la consigna es ganar medallas a cambio de muy poco.

Vale citar como ejemplo que, hace tan solo dos años, las mejores futbolistas de ese país obtenían un tope salarial de 1.000 euros (1.079 dólares), mientras que las de Segunda División apenas alcanzaban los 200 (215 dólares), de acuerdo con el texto de la española Gutiérrez.

En Bolivia, la profesionalización del deporte femenino llega luego del pedido urgente y silencioso de un sector representativo que saca a relucir la necesidad de que se valore su sacrificio y destreza.

Para la exatleta cochabambina Moré Galetovic, esta suerte de valoración no es otra cosa que lograr un “ingreso digno” y una estructura que respalde la continuidad en la preparación, evitando así el abandono por causa de los insuficientes recursos económicos.

“La parte profesional es lo único que puede garantizar el rendimiento”, analiza Galetovic, también docente en la carrera Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, en la Universidad Mayor de San Simón.

DE A POCO La Libobasquet para mujeres es un hecho planificado que hizo posible la Federación Boliviana de Baloncesto (FBB), una de las entidades nacionales que ha expuesto una actitud activa en el medio local. Una muestra de ello fue cuando en 2013 fundó la Liga masculina, proceso mediante el que los cultores de la canasta comenzaron a recibir honorarios.

“Es el primer paso”, según el secretario general de la FBB, Gustavo Carmona. Se trata de una “prueba evaluativa” para los escasos cuatro clubes que profesionalizarán a mujeres en Bolivia.

La perspectiva de Carmona es realista. El dirigente dice que los cambios no serán mágicos, sino paulatinos. “Primero intentarán sobrevivir para luego consolidarse y conseguir mejores sueldos”, afirma el que también es integrante de la Comisión Técnica para los Juegos Suramericanos Cochabamba 2018.

REALIDAD De inicio, es muy probable que varias juveniles cobren poco. Esto es algo que sucede aún en la rama de varones. Son los jugadores del exterior quienes perciben sueldos que alcanzan los 2.000 dólares.

En esta primera edición, intervendrán San Simón, Universidad Católica Boliviana de La Paz, Alemán de Oruro y UCB de Santa Cruz.

El torneo durará un mes y será en la modalidad de Final Four (final de cuatro), todos contra todos.

A corto plazo, el objetivo es incentivar los valores locales e imprimirles roce competitivo con jugadoras del extranjero. Por ello, el reglamento estipula que cada equipo deberá contar con dos refuerzos en cancha. El mercado sudamericano se presenta como alternativa más viable para captar basquetbolistas.

LA IGUALDAD, EL GRAN CLAMOR En el deporte, como en la vida misma, los derechos humanos deben estar presentes porque hay reglas establecidas, ideologías definidas, pero también desigualdades. Lo sabe la activista cochabambina de los derechos de la mujer, Julieta Montaño, quien aplaudió la iniciativa y remarcó su deseo de que la Liga no se transforme en un “negocio”, como en el fútbol.

“Nada de lo que hemos conseguido fue fácil”, señala la abogada y directora de la Oficina Jurídica para la Mujer, que durante su adolescencia fue basquetbolista.

Sin deudas ni inflación

Para que los clubes no sufran inflación económica, como sucede en las instituciones de la Liga de Fútbol Profesional Boliviano (LPFB), la Federación del baloncesto reglamenta que los fichajes extranjeros tengan límites en sus sueldos mensuales.

Es decir, cobrarán un máximo de 2.000 dólares y una base mínima de 1.200.

Lo contemplado en el reglamento de la Libobasquet femenina es ciertamente muy similar a lo pautado en el masculino. Los montos fijados son los mismos.

Uno de los anhelos de la entidad federativa madre del deporte de la canasta es que la disciplina no tenga “nada que ver” con el balompié, teniendo en cuenta la crisis financiera que atraviesan los equipos y que deriva en las deudas salariales con sus plantillas.

En las últimas semanas, los clubes Wilstermann, San José, Petrolero, Ciclón y Blooming dejaron en evidencia su conflicto interno, situación que puso en riesgo el inicio del torneo liguero Clausura 2015-2016 y retrasó el comienzo del mismo.

Otra meta a futuro consiste en crear sostenibilidad y credibilidad institucional dentro de los conjuntos profesionales del básquet.

Según la directiva de la Federación, cuando los conjuntos quieran hacer una inversión se verán en la necesidad de acudir a los créditos bancarios. Sin la personería, no podrán hacerlo.

Sobre esta perspectiva, a fines del 2015 se anunció que en la presente gestión iba a existir mayor control en los equipos ligueros (varones), puesto que solo dos combinados poseen personería. “Ni San Simón cuenta con ella. Seremos insistentes”, advirtió el dirigente Gustavo Carmona, quien es uno de los impulsores del proyecto.

En dos años más habrá seis clubes

La primera edición de la Liga Boliviana de Baloncesto (Libobasquet) femenina comenzará con cuatro clubes: San Simón, UCB de la Paz, Alemán de Oruro y UCB de Santa Cruz.

Esta versión inicial contempla pocos cupos porque se trata de una evaluación global que harán las instituciones para ver cómo responden a las exigencias del reglamento.

No obstante, la Federación de la disciplina prevé contar con seis clubes de aquí a dos años, tentativamente.

Lo inmediato será observar la acogida del público nacional, aunque se vaticina que la “espectacularidad” de los partidos no será la misma, incluso cuando jueguen basquetbolistas internacionales.

Cuando se superen las posibles dificultades que puedan surgir en el proceso de profesionalización, la Federación incrementará el número de clubes.

“Ya será una Liga completa”, sostiene el secretario general de la entidad federativa, Gustavo Carmona.

El grado de espectáculo que podrán brindar los encuentros, desde el 11 de marzo, estará sujeto a las condiciones femeninas, según el dirigente local.

También habrá que batallar para conseguir auspicio de la televisión, que ha transmitido partidos de la rama masculina, desde su primera edición.


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