miércoles, 6 de agosto de 2014

El baloncesto vuelve a la vida con mejoras

Si se tuviera que poner una fecha clave en la historia moderna del baloncesto nacional sería el período comprendido entre 2013 y 2014. En esta etapa, el país entero ha sido testigo del antes y el después de un fenómeno singular, que supuso un resurgimiento del deporte de la canasta, que por varios años estuvo aletargado en el ámbito nacional y poco explotado de manera regionalizada.

Con la creación acertada de la Liga Boliviana de Basquetbol (Libobásquet) y, por consiguiente, la profesionalización de la disciplina, miles de deportistas en etapa de desarrollo han hallado el vehículo para explotar sus virtudes y realimentar la esperanza de acceder a un baloncesto distinto.

A un año de la creación de la Liga, el balance general es positivo. Reforzaron esta idea los basquetbolistas nacionales, quienes celebraron la inclusión de refuerzos extranjeros arguyendo que elevan el rendimiento local. Así, miles de fanáticos disfrutaron de las actuaciones soberbias de jugadores estadounidenses como Jose Steble, Nate Young y Leonard Lewis, entre otros.

Los coliseos de todo el país fueron los escenarios de la euforia colectiva, aplausos y gritos de admiración por parte de los espectadores, que cada fin de semana apostaron por el espectáculo.

Sin embargo, como en todo proceso, hay factores inherentes que derivan en algunas falencias. Es en este sentido que aún falta un apoyo más pronunciado por parte de las empresas privadas hacia la Liga, cuestión que, según la organización, se irá afinando conforme el proceso termine de definirse.

Culminada la primera edición liguera en la que el gran campeón fue el conjunto tarijeño de La Salle, los clubes están a la espera del comienzo de la siguiente versión, aunque aún restan ajustar algunos aspectos concernientes a los auspiciantes.

El puntapié inicial ya está dado. La Libobásquet apareció para quedarse y toma fuerza de cara a los Juegos Sudamericanos Cochabamba 2018, pues la ardua tarea de los dirigentes es crear nuevos talentos para el encuentro continental.

Olguín sigue siendo el rey

Si hay un jugador nacional destacado en lo que va de la Libobásquet es el quillacolleño Diego Olguín, capitán de San Simón.

Su inteligencia, capacidad de juego colectivo y audacia para salir airoso en el terreno lo traducen en un basquetbolista de gran proyección en el país.

En este momento, Diego se encuentra en fase de recuperación, pues padece una contractura muscular que lo obligó a estar en el banco en los últimos cotejos que disputó su plantel.

Pese a ello, su carrera promete grandes frutos. Cada vez que ingresa al campo de juego, su nombre es coreado al unísono por sus seguidores anónimos, quienes lo admiran desde las graderías.

Al igual que el resto de los jugadores, el quillacolleño aguarda por la segunda edición liguera, que promete redoblar el impacto en la gente.


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