miércoles, 2 de septiembre de 2020

Liset Bravo, el ‘motor’ de Reaves en la NBA

Joshua Alexander Reaves Bravo —el basquetbolista estadounidense de la NBA que juega en los Mavericks— tuvo en su madre, la ciudadana boliviana Liset Bravo, a una gran mentora que forjó su carrera deportiva.

El talento natural que Joshua desarrolló contó con el apoyo cardinal e incondicional de su progenitora Liset, una mujer paceña que radica en EEUU desde los nueve años y que junto a su madre, Betty, abuela de Joshua, se dedicaron a apoyar a sus hijos.

Ambas cuentan que es todo un orgullo ver a Reaves en la NBA, tomando en cuenta la gran dimensión de acceder a esa élite norteamericana, no común para un ciudadano local.

Liset cuenta que todo empezó con la idea de apoyar la pasión que sus hijos sienten por el deporte, pero que en el caso de Joshua fue más allá.

“Siempre lo vi como el sueño de mi hijo; y yo tenía que hacer mi parte para que él alcancé ese sueño. Entonces todo lo hecho para él, para mí es como un premio. Que cumpla sus sueños de llegar a la NBA”, enfatizó.

Liset se fue a Virginia, EEUU, a los nueve años junto a su hermano y su madre Betty, una orureña quien fue en realidad la que determinó dejar Bolivia para buscar otros rumbos.

Tras el fallecimiento del padre en 2003. Liset comandó la educación de sus hijos Michael y Joshua, secundada por su madre Betty.
Betty (centro) con sus nietos Michael y Joshua. Foto: Familia Reaves

Sin su esposo y viuda, la paceña tomó una de las decisiones más trascendentales de su vida, dedicarse por completo a la formación de sus hijos.

“Mi hija y yo nos dedicamos a criar a los dos muchachos. Había que llevarlos a los partidos, prácticas, viajar y viajar; Joshua iba por avión y Liset iba por tierra. Ella no faltó a sus partidos. Nosotros siempre pensamos que podía llegar alto, en un principio no era lo más importante, para nosotros importaba que vaya haciéndose poco a poco”, especificó Betty Bravo.

El amor materno hizo que madre y abuela se volvieran promotoras del basquetbolista, al margen de inculcarles valores morales.

Reaves siempre tuvo predilección por el deporte, por la influencia latina al inicio jugó fútbol. El DC United en el que entonces jugaban los bolivianos Marco Etcheverry y Jaime Moreno y su afición por The Strongest en Bolivia marcaron su inclinación al soccer. Liset dice que su familia es netamente stronguista y eso influyó.
Joshua (izq.), Michael y su madre Liset. Foto: Familia Reaves
En la intimidad

Joshua idolatraba a Etcheverry por sus hazañas en la MLS. Pero fue en el básquetbol en el que destacó más, jugaba en equipos escolares como: Middleburg Academy, Paul VI y Oak Hill Academy antes de desembarcar en la Universidad de Pensilvania, de donde saltó a los Mavericks de Dallas en la poderosa liga de la NBA.

La familia destaca la sencillez del atleta. “Es bien humilde y callado, solo sonríe, es muy sencillo”, resalta Betty.

Además, lo consideran un jugador que sobresale por su juego defensivo y su coraje. “Es buen defensor y tiene energía para muchos partidos en los que da lo mejor”, subrayó Liset.

El basquetbolista de 23 años no olvida sus raíces y sangre boliviana. En 2003 estuvo en La Paz y Oruro. Le encanta la comida nacional, las salchipapas y el silpancho son sus favoritas.

Hoy es una de las promesas del baloncesto norteamericano, Joshua solo sueña con seguir jugando, no le interesan tanto la fama y el dinero, así lo conceptúan sus dos motores.

La familia pretende volver algún día a Bolivia, es más, ya lo habían pensado pero la pandemia canceló sus planes, ahora el jugador solo apunta a consolidarse en el equipo tejano.
Liset con su hijo Joshua de pequeño. Foto: Familia Reaves
Los datos

Partidos Y Viaje. “Conozco más estados que nadie, porque a Joshua lo he llevado a todos los partidos y torneos que había y lo he disfrutado mucho”, afirma Lisset Bravo.

Nunca faltaron. La madre de Joshua sostiene que nunca le hizo faltar a un entrenamiento y partidos. Él viajaba por avión y ella por tierra si no daban los recursos.
Opiniones de la madre y de la abuela

‘Ninguno ha llegado donde él está’

Liset Bravo, madre de Joshua. ‘De todos los niños del estado de Virginia con los que ha jugado en contra o en el mismo equipo, ninguno ha llegado donde él está. Etcheverry era su ídolo de pequeño y quería jugar como él, pero en el básquetbol le va mejor”.

‘Era el alma y corazón del equipo’

Betty Bravo, abuela de Joshua ‘Los entrenadores en todos los equipos en los que ha jugado siempre nos decían que ‘Josh’ era el alma y el corazón del equipo. Él ama el básquetbol; la fama y el dinero no le importan tanto, él quiere jugar profesionalmente hasta donde pueda”.


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